miércoles, 25 de julio de 2012

Bufandas de verano (para los aires, para la crisis).

Los aires acondicionados de metros, autobuses, comercios y oficinas me van a matar. Como las medidas económicas y políticas, que parece que no tiene que ver pero tiene, y si no vean la postdata. Bueno, vale, quizá no tanto. Pero el gripazo, el resfriado y las anginas de cada año no me los quita nadie. Y eso que para sorna de algunos y sorpresa de otros llevo siempre un despliegue de fulares, pareos, trapos y trapitos para taparme cuello, hombros o cuerpo entero en cualquier lugar y circunstancia.

Pero... Siempre hay un pero... Algún día salgo confiada sin mis armas contra aires acondicionados. "Sólo salgo a dar una vuelta y vuelvo", "voy a comprar el pan"... Qué pazguata, qué ilusa. El aire acondicionado es traicionero y la espera a una en cualquier esquina, desplegando increíbles cortinas de frío polar en pleno agosto.

No, no soy una talibán anti aires acondicionados, se agradece no sudar todo el día como un pollo a l'ast. Pero como sucede con la política o la economía de esta época convulsa de crisis que nos está tocando vivir, no hay sentido común. Ni es necesario estar a 30 grados centígrados en enero ni a 15 en agosto. No es lógico, oiga. Ni lógico, ni económico, ni ecológico. Con la voz enronquecida por el trancazo de este verano, por favor, tengamos sentido común con los aires acondicionados. Y mientras se deciden, seguiré llevando bufanda de verano.

PD: Alguien sabe dónde se consiguen bufandas de "no me gustan las medidas anticrisis que nos imponen" y de "quiero entender algo de su política" para llevarla en el bolso por si me ataca un titular?

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